Aunque no existen reglas exactas para combinar una cerveza con un plato o comida determinado, la experiencia y sabiduría popular en los paises en los que tradicinalmente se elabora la cerveza, nos aportan una serie de ideas que nos pueden ayudar a realzar cualquier comida. Además, los estilos de cerveza son tan distintos entre si que hemos querido incluir en este número unas sugerencias para su combinación. • Tratar de combinar parecidos: comidas suaves con cervezas suaves y comidas fuertes con cervezas más robustas. La idea es que ninguno sobrepase en intensidad al otro hasta anularlo. • Suave o fuerte se refiere al carácter y cuerpo de la cerveza y no a su contenido alcohólico. Una cerveza puede tener un gran carácter y mucho cuerpo y no tener mucho alcohol, o puede ser suave y delicada y con mucho alcohol. • El mejor complemento para las comidas picantes y muy especiadas es la cerveza. El picante de estas comidas puede anular el sabor de un vino, en cambio la cerveza es el complemento perfecto por la combinación de sus ingredientes: el dulzor de la malta, los tonos amargos del lúpulo y el sabor a “pan” de la levadura absorben los sabores fuertes y picantes de cualquier plato. • Asociación geográfica: tratar de pensar el tipo de comidas que se sirven en el lugar donde se elabora la cerveza. Ejemplos: ostras y stout (costa de Irlanda); salchichas y lager alemanas; ales inglesas oscuras y roast beef u otras carnes rojas, etc. • La cerveza es muy adecuada para los platos que llevan vinagre. El dulzor de la malta complementa la acidez del vinagre y el amargor del lúpulo provoca una buena combinación entre los dulce y lo agrio. El sabor de la cerveza normalmente sale reforzado si se combina. • Los alimentos ahumados, tanto de carne como de pescado, combinan muy bien con la cerveza, especialmente con una ale con cuerpo o una lager bien malteada. • Las pilsen y las cervezas de trigo son muy adecuadas para los platos de pescado y marisco. • Queso y cerveza es otra combinación perfecta, sobre todo los quesos fuertes con las cervezas de mucho cuerpo. • Pensar al beber una cerveza, que comida nos viene a la mente y nos gustaría tomar. Buscar las combinaciones en que juntas (la cerveza y la comida) sepan mejor que separadas.Y probar y probar mientras disfrutamos de las distintas cervezas y alimentos, que es de lo que se trata. |
domingo, 14 de marzo de 2010
IDEAS PARA COMBINAR LA CERVEZA CON COMIDA
viernes, 12 de marzo de 2010
NUESTRAS CERVEZAS. Hefe-Weizen
Son cervezas muy poco amargas y normalmente pálidas, aunque también existe una variedad de trigo oscura que se conoce como dunkel weizen, oscura de trigo.
En el sur de Alemania se sirven en vasos altos y alargados y tienen normalmente un contenido alcohólico de un 5%. Se pueden elaborar más fuertes, conociéndose entonces como weizenbock y se ofrecen como cervezas de trigo de invierno.
Sensación en boca: cuerpo liviano a medio liviano. Nunca pesado. La levadura en suspensión puede incrementar la sensación de cuerpo. La textura del trigo imparte una sensación esponjosa, ayudada por la alta carbonatación.
Siempre efervescente.
Impresión general: una ale pálida, especiada, frutal, refrescante.
Helles Lager
Aroma: predomina el aroma a malta y grano. Puede tener también un muy liviano aroma a lúpulo.
Aspecto: dorado medio a profundo, clara, con una cabeza de espuma cremosa.
Sabor: discretamente dulzón, predomina el sabor a malta, justo hasta balancear el amargor.
Es aceptable un muy suave sabor a lúpulo. El final y el retrogusto, a malta. Límpido, sin sabor frutado o a esteres.
Sensación en boca: cuerpo medio, media carbonatación. Suave sabor a malta, sin trazas de astringencia.
RoggenBier (Cerveza de Centeno)
München
En el resto del mundo, es el estilo que normalmente se sirve cuando se quiere una lager oscura.
Aroma: a malta munich, como a costrones de pan, a veces tostado, con notas dulzonas y dejos de chocolate, nueces o caramelo. No deben detectarse ésteres frutados ni diacetil, pero es aceptable un leve aroma a lúpulo.
Aspecto: ámbar medio a marrón oscuro, a menudo con tinto rojizo. Espuma cremosa, marrón claro. Usualmente límpida, existen versiones no filtradas.
Sabor: dominado por el sabor complejo de la malta munich. Puede ser discretamente dulzón, pero no debería tener sabor pronunciado a caramelo y cristal. Sabores quemados o amargos de maltas tostadas no deberían percibirse.
Amargor leve pero perceptible, balanceado hacia la malta. Retrogusto permanece maltoso, aunque el lúpulo puede sentirse en la última fase de la percepción del sabor.
Sensación en boca: cuerpo medio a pleno, proporcionando un cuerpo firme sin ser pesado.
Impresión general: caracterizado por la profundidad y complejidad de la malta munich y su acompañante melanoidina. Rico sabor a malta munich, pero no tan intenso como en una bock o una schwarzbier.